Que Lindo Leer

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Día a día mi curiosidad aumentaba hasta que decidí a entrar. Estaba todo tal cual lo había descrito Nick. Me dirigí al sótano. Era el único lugar que no había visto aún. Bajé lentamente las escaleras, era  grande y obscuro. Encendí la luz de mi celular, entré y vi una criatura alta. Me quedé impactado. Ya había visto a la criatura y fue cuando me acordé. No era el ratón tierno y amistoso que veía en el canal infantil de pequeño. Decía medir unos dos metros. No eran los colores que se veían en la televisión, sus dientes te recordaban a un tiburón.  Él me vio y se acercó. Me paralicé y desperté.

Estaba con mi cabeza apoyada en un libro de terror, la televisión prendida en un canal con Mickey Mouse en la pantalla. Vi la televisión nuevamente. Ahí estaba la criatura. Sueño o no, no quería salir, pues ya soñaría como un loco.

El Diario del desconocido

José Miguel Moya
Liceo Gracia y Paz

Nunca fui un gran fan de la lectura pero aquel libro de la biblioteca llamó realmente mi atención. En él se relataba la historia de un hospital del que ya nadie habla. Estaba en una isla frente al río. Desde pequeño siempre que pasaba por ahí veía una estructura de concreto con aspecto vidriado y abandonada, pero jamás pensé que resultaría ser un hospital. En aquel libro se le mencionaba como un hospital muy concurrido, pero de un día a otro cerró por causas desconocidas. Poco a poco me fui dando cuenta de que aquél libro resultó ser más bien un diario, un diario de un chico que investigó sobre el lugar. Revisé la última hoja, y en la esquina derecha tenía un nombre: Nick Jacker. Debió ser extranjero, parecía inglés, razón por la cual no me sonaba, y estoy seguro que nadie lo había declarado como desaparecido.
Bueno, su diario relataba su investigación del hospital, de cómo él lo había visitado. Tenía un mapa y pareciera que lo conoció como la palma de su mano, impresionante el relato, lo que llamó más mi atención fue que en su investigación el hospital no aparecía más en los registros o mapas de la ciudad, como si fuera un lugar aparte, como si no hubiera existido. Mientras más leía más me obsesionaba. Llegué al punto de querer entrar al hospital y ver lo que él vio. Pero recordé que al final del diario se mencionaba la bodega ubicada en el sótano. No había más que un mensaje “Hoy visitaré el sótano”.

Entré al hospital, desde una esquina vi a una niña ubicada en el último piso. Me decidí a buscarla, a subir porque podría estar perdida, pero en el pasillo del segundo piso las cosas no eran normales. Oigo el llanto de varios niños y en una puerta veo una figura oscura. Me decidí a observarla de cerca. La seguí hasta el último piso. Estaba acorralado ya, no sabía qué sucedería, pero resultó ser una persona.

Me dijo que él fue quien hizo las cosas paranormales para asustar a la gente que iba ahí porque él vivía ahí, le pregunté su nombre y me respondió Nick Jacker. Él era el autor del diario, conversaos un rato y cuando llegó la hora de irme le pregunté por su hija, la niña que había visto  en el último piso, él me dijo que no tenía hijos y que era el único en el hospital.

Salí rápido de ahí y no tenía mayores deseos de volver.

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