Difícil de tragar
Difícil de tragar
Bastián. C
Un día vi en la tele que un velero desapareció. El dueño, decían, que lo había tragado una ballena. En tal caso, los barcos no se habían alejado más de unos 500 metros de la costa. Una semana después mi papá me heredó un yate y salí a navegar más del límite y burlé a los botes patrulla.
Lo que vi era increíble, sorprendente: el marino se había “tragado” el velero.
En ese momento me acerqué y me vio y lo caché con una cabeza de ballena en la proa. Le dije “¿por qué mentiste?” y me dijo “Para tener más ballenas para mí”.
Después me apuntó con su arpón. Salí corriendo de allí y me persiguió hasta el puerto y lo acusé a la policía y lo arrestaron.
Desde ese momento soy un marino pero de esos marinos de investigaciones.