Mi (anécdota no tan breve)
El pequeño Simón estaba agachado mirando en el charco viendo a aquel octópodo al frente de aquel cangrejo que blandía sus dos fuertes pinzas, Simón miraba ansioso de ver qué sucederá con aquellos dos animalitos que estaban a punto de confrontarse. El pulpo estaba con la ventaja de tamaño y inteligencia pero el cangrejo contaba con dos lanzas pinzas preparadas para defenderse de aquel hambriento pulpo. El pulpo se acercó propulsado hacia el cangrejo el cual lo esquivó con su asombrosa habilidad para moverse lateralmente, el pulpo se volvió a propulsar en otro intento para atrapar a su contrincante el cual lo volvió a esquivar pero agarrándole el tentáculo a el pulpo el cual reaccionó atrapando al cangrejo agarrándolo con tres tentáculos, el cangrejo empezó forcejeando los tentáculos con su pinza que estaba libre y logró que el pulpo lo dejara en libertad. Ahora los dos enemigos estaban más furiosos que nunca, Simón estaba nervioso por la tensión de los contrincantes, estaban a punto de estallar, pero a lo lejos escuchó a su madre que lo llamaba, aunque Simón estaba ansioso por ver el desenlace del encuentro, tuvo que acudir donde su madre y a Simón solo le quedo ver la playa por la ventana del auto e imaginar lo que les pasó después a aquellas simpáticas criaturas.

Por Simón. G