“–Abuelita, ¿qué contarán los pájaros? –Los pájaros cuentan cómo son los caminos”. La escritora mexicana Haydee Ramos Cadena radicada en chile con su familia hace más de diez años, nos invita a transitar los caminos interiores que vivirá la pequeña María. Esta historia, ganadora de un premio de literatura infantil otorgado por SECULTA, está plagada de poesía e imágenes que transportan a nuestros sentidos desde sus primeras líneas. El canto de los pájaros, el aroma de una cocina colmada de sabores, el ruido de sonidos sin tiempo, el amor incondicional de una abuela, son detalles que nos permiten acceder al gran mundo de una niña de ocho años. Junto a su abuela “tecolota”, María comenzará un viaje de iniciación que la hará crecer. El estrecho vínculo que las une está signado por hermosas metáforas donde los pájaros y las mariposas son protagonistas. Entre el canto de gorriones y cotorras, que susurran la historia familiar, empujada por la fuerte herencia de un corazón de águila, María desplegará sus alas de canario hacia nuevas experiencias. “Ser niña no es fácil”, en eso radica la fuerza de esta historia. Lejos de escapar a las problemáticas que atraviesan los niños en la actualidad, la autora las evidencia en los cambios que deberá sortear María, transitando nuevos senderos que marcarán su niñez. Una mudanza y un espacio diferente que la llevan con asombro a vivenciar rutinas y emociones desconocidas y la nostalgia de un pasado cercano impregnado con el olor de su abuela, de a poco le enseñarán a María que la vida siempre está llena de momentos felices. La relación entre padres e hijos, la escuela, la amistad, las costumbres heredadas y la inocencia del primer amor invadirán las páginas acercándonos más y más a su mundo. Un mundo que interpela sin prejuicios estereotipos sociales y donde el género, el desarraigo, el abandono y los duelos no se ocultan. Un mundo que es devorado en narración bajo la fuerza audaz e intrépida de una pregunta: “Entonces, ¿qué hacen las niñas?” La identidad de todo lo que rodea a María es reforzada por medio de ilustraciones de gran belleza, con protagonismo del color, tan presente en la cultura de México. Así, la poesía de las palabras convive con las imágenes para terminar de consolidarlas. Esta historia también nos invita a realizar una segunda lectura para darnos cuenta de que su riqueza se sitúa en los distintos niveles de interpretación que pueden hacerse. “A los ocho” nos lleva a volar hacia la sutileza de las palabras y nos cuenta, como los pájaros, un camino colmado de vida, donde no importan las caídas cuando se tienen alas para levantarse.